Adoptar una mascota es uno de los actos más sinceros y altruistas que existen. En un país como Guatemala, donde el abandono y maltrato animal están en aumento, adoptar un perro o un gato marca definitivamente una gran diferencia para ellos. Al momento de adoptar un perro en Guatemala, hay varias situaciones posibles con respecto a su pasado: pueden ser cachorros o perros adultos que prácticamente nacieron en la calle, o que simplemente fueron abandonados (lo cual ya es una experiencia muy traumática para ellos), pero muchas veces al abandono también se suma un historial de maltrato: golpes, no satisfacer sus necesidades básicas, tenerlos encadenados y expuestos a las inclemencias del
tiempo, gritos, entre otros.
Entonces, cuando estos perros son rescatados por una organización o persona
independiente y llevados a un hogar temporal, atraviesan un proceso de curación tanto física como emocional. Durante este tiempo, buscan sanar las heridas del pasado y prepararse para un nuevo comienzo lleno de amor, dejando atrás todos los malos recuerdos. Es en este momento cuando entran en escena los adoptantes, quienes asumen con responsabilidad y cariño la decisión de incluir a un peludito en su familia.
No es extraño que al adoptar un perro se sospeche que haya sufrido algún tipo de maltrato, ya que pueden mostrarse tímidos (alejándose cuando alguien intenta tocar su cabeza) o ponerse nerviosos cuando son observados por las personas. Sin embargo, este tipo de reacción en los perros es natural, ya que en la naturaleza los caninos evolucionaron para sentirse amenazados por el contacto visual directo, una caricia en la cabeza o el cuello y criaturas más grandes que se inclinan o se acercan a ellos.
En el mundo de los caninos, estos son comportamientos depredadores, y un perro que no te conoce bien o que ha tenido que valerse por sí mismo en la naturaleza o en la calle reaccionará a estos gestos de manera defensiva la mayoría de las veces.
En pocas palabras, puede ser difícil determinar si el nuevo miembro peludo de tu familia sufrió maltrato (descuido o abuso), o si su comportamiento es el resultado de la falta de socialización a tiempo o una predisposición genética al miedo o la timidez. Afortunadamente hay pautas que nos pueden servir para identificar antecedentes de maltrato en perros.